La Luz de Wood o luz ultravioleta emite una luz entre 400-450 mm. En invisible para el ojo humano, pero algunas sustancias cuando se iluminan con esta luz emiten fluorescencia.
En dermatología se utiliza para explorar patologías como el vitíligo, ya que permite ver lesiones todavía no visibles. También la utilizamos para infecciones bacterianas o fúngicas, así como en el control de los tratamientos de acné o incluso para valorar la profundidad de las pigmentaciones en la piel (cloasma). Es una luz muy útil para un dermatólogo, ya que nos permite tomar decisiones de tratamiento con una información más completa.