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Dermatología para Adolescentes

Acné

La pubertad comprende el período durante el cual se desarrollan los caracteres sexuales secundarios conforme el sistema reproductor alcanza su plena madurez y se produce un rápido crecimiento. El término adolescencia tendría un significado similar, pero puede emplearse en un sentido más amplio para describir los ajustes sociales y psicológicos que determinan los cambios físicos. Definiéndola por sus límites sería el periodo comprendido entre la infancia y la edad adulta.

Durante este período se producen una serie de cambios fundamentales:

  • Autoafirmación de la persona, modificación en las relaciones sociales y desarrollo de los caracteres sexuales.
  • Especial importancia al aspecto externo y a la piel como órgano de relación.
La adaptación del adolescente a la enfermedad puede ser muy variable, produciéndose en casos extremos comportamientos ‘anormales’ hacia la enfermedad cutánea (pérdida de autoestima con importante trastorno de la relación familiar y social). Además, la relación médico-paciente se complica, ya sea por dificultades en flujo de comunicación del adolescente al médico, o por el contrario escasa sensibilidad del médico hacia los problemas del adolescente. Si hasta este momento esa relación se ha establecido a través de los progenitores, a partir de ahora es cosa de tres: médico, adolescente y padres, lo que puede resultar especialmente delicado. Se trata de un período difícil para la mayoría de las personas, de adaptación psicosocial, en definitiva, un mal momento para presentar enfermedades dermatológicas, si bien no importantes en la mayoría de las ocasiones, sí visibles. Los cambios fisiológicos pueden resultar “dramáticos”: el aumento de la secreción sebácea especialmente en cara y cuero cabelludo, la sudoración y mal olor corporal, el aumento de vello. Sobre todo las chicas se ven presionadas por la publicidad para tener un pelo bonito y abundante, pero ningún vello en su cara, axilas o piernas, con una piel resplandeciente sin grasa ni manchas. La adolescencia es, sin embargo, una mala época para alcanzar esos objetivos. Son diversos los cuadros dermatológicos de especial importancia o inicio durante la adolescencia y que veremos a continuación. Los cambios cutáneos más relevantes serían el incremento en excreción sebácea y desarrollo de caracteres sexuales secundarios (vello sexual y la secreción apocrina). Las enfermedades dermatológicas a destacar incluirían:
  • Acné: Sin duda la enfermedad “estrella” por su frecuencia. De impacto indudable en la calidad de vida, con problemas de mayor relevancia producidos por una vivencia ‘anómala’ de la enfermedad.
  • Proliferación de levaduras en relación con los cambios en las secreciones glandulares: (pitiriasis versicolor, dermatitis seborreica). Al mismo tiempo, y por esos mismos cambios, desaparecen infecciones típicas de la infancia como las tiñas de cuero cabelludo. Inicio de procesos infecciosos ‘nuevos’: tinea pedis interdigital, la tinea cruris o las onicomicosis, excepcionales en la infancia.
  • Inicio de enfermedades de transmisión sexual.

Por otro lado, enfermedades dermatológicas típicas de la infancia se resuelven o disminuyen de forma notable su incidencia, como la dermatitis atópica, o ciertas viriasis (molusco contagioso, primoinfecciones). También los cambios afectan a enfermedades de carácter genético (Genodermatosis), ya sea con empeoramientos o inicio de clínica (p.ej. enfermedad de Darier) o mejoría (p.ej. manifestaciones cutáneas de la incontinencia pigmentaria). Y, por último, enfermedades dermatológicas clásicas como la psoriasis, el vitíligo o la alopecia areata, se viven de forma especial en esta edad, por el efecto de “estigma” que pueden suponer en sus relaciones personales.

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