Leucodermia adquirida secundaria a una pérdida de melanocitos. Existen formas familiares y esporádicas, con una incidencia global del 1 % y con un pico en la tercera década: El 50 % de los casos se inicia antes de los 20 años.
Tu piel de merece lo mejor
Es una enfermedad con predisposición genética y múltiples factores desencadenantes. Existen una serie de teorías patogénicas, que no se excluyen mutuamente, siendo la autoinmune, basada en la asociación del vitíligo con otras enfermedades autoinmunes y en la presencia de autoanticuerpos órgano-específicos (tiroides,...) y anticuerpos contra melanocitos, la más aceptada.
No supone una enfermedad con riesgo vital pero sí, como otros trastornos dermatológicos, desfigurante, lo que influye en el desarrollo emocional del niño sobre todo a partir de la escolarización y de forma más intensa en la adolescencia. Esto se agudiza en determinadas culturas (India,..) donde constituye un estigma con importantes influencias psicosociales (aislamiento, rechazo laboral,...).
El desarrollo de las lesiones es gradual y en muchos casos permanecen durante toda la vida si no reciben tratamiento. Es frecuente la repigmentación parcial, rara vez lo suficiente para alcanzar resultados cosméticos aceptables, pero sí nos indica que las células pigmentadas son susceptibles de estimulación y proliferación con tratamiento adecuado.
Requiere de un reservorio de melanocitos y dar suficiente tiempo a las células parar proliferar y migrar, aproximadamente unos 3 meses antes de considerar un tratamiento como ineficaz. La piel glabra y aquella con vello hipopigmentado carecen de ese reservorio de melanocitos y no pueden repigmentar con tratamiento médico. Hasta en un 50-70 % de casos se puede conseguir repigmentación parcial o total. Si la afectación es menor 20 % tratamiento tópico; si > 50 % tratar zonas visibles, depigmentar o abstención terapéutica