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En DermaTenerife aconsejamos a los deportistas sobre tratamientos y cuidados dermatológicos específicos

Infecciones fúngicas, víricas y bacterianas, reacciones alérgicas e irritativas, alteraciones derivadas de agresiones medioambientales y traumatismos. Estos son los principales problemas que pueden afectar a la piel de las personas que practican actividad física intensa o regular. Por supuesto, el ejercicio tiene muchas ventajas para la salud, pero en este trabajo se analizan los riesgos que puede entrañar para la piel, muchos de ellos evitables.

La actividad física es muy beneficiosa para la salud pero en determinadas circunstancias nuestra piel puede verse afectada por diversos factores relacionados con el deporte. Tanto es así que el Colegio Americano de Medicina del Deporte ha estimado que el 21% de las consultas médicas de los deportistas hace referencia a problemas dermatológicos.

Este hecho obliga a prestar una especial atención al cuidado de la piel de los deportistas: son imprescindibles tanto una prevención eficaz como un tratamiento adecuado cuando sea necesario.

Dependiendo del deporte practicado, la indumentaria, el entorno, la frecuencia con la que se realice, la susceptibilidad y las características de cada individuo, la piel se podrá ver expuesta a agresiones de distinta índole. Las más frecuentes son las originadas por microorganismos que causan infección, agentes medioambientales, reacciones alérgicas e irritativas y traumatismos.

 

Relación entre la piel y el deporte

Quienes practican deporte, ya sea de manera profesional o amateur, deberían consultar a un especialista para poder prevenir lesiones indeseadas.

La piel es nuestro órgano más externo y como tal, la frontera entre el medio ambiente y el interior del organismo; por ello, la relación entre dermatólogo y deportista es clave dado que la piel se expone a múltiples agresiones que pueden lesionarla con sus consiguientes molestias y disminución o pérdida de rendimiento. Es necesario que se fomente una conducta dermosaludable.

 

Otros factores que provocan lesiones dermatológicas

El deportista corre un mayor riesgo de sufrir afecciones cutáneas que la población en general ya que está expuesto a diferentes factores desencadentantes:

  • El sol.
  • El viento.
  • El cloro de la piscina o el ambiente marino.
  • La sal de la playa.
  • La arena.
  • Los cambios de temperatura.
  • La baja humedad.
  • Los roces de los deportes de contacto.
  • Una sudoración excesiva.
  • Las duchas repetidas.
  • La contaminación.
  • El equipamiento.

 

Dermatosis infecciosas o traumáticas

De igual forma, también pueden producirse dermatosis infecciosas y traumáticas. Dentro de los traumatismos, los más frecuentes se generan en los pies en forma de ampollas por rozamiento y, sobre todo, uñas encarnadas y hematomas subungueales. En cuanto a las infecciosas, las más habituales son las bacterianas de folículos pilosebáceos (foliculitis y forunculosis) y las infecciones por hongos dermatofitos o levaduras, especialmente el mal llamado ‘pie de atleta’ o la micosis de los espacios interdigitales de los pies.

 

Dopaje, detectable a través de la piel

Los dermatólogos deben tener en cuenta la posibilidad de dopaje como causa de determinadas dermatosis, que producen “efectos secundarios dermatológicos”:

  • Acné en un 45% de los casos.
  • Estrías en un 35%.
  • Ginecomastia (agrandamiento patológico de una o ambas glándulas mamarias en el hombre) en un 34%.
  • Alopecia y hirsutismo (desarrollo excesivo de vello, sobre todo en la mujer) en un 10% de los casos.

 

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