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PSORIASIS

La psoriasis es una dermatosis inflamatoria eritemato-descamativa crónica, caracterizada por un trastorno en la proliferación y diferenciación epidérmicas. Existen múltiples variantes clínicas, de las que la más frecuente es la psoriasis vulgar o en placas. La artropatía psoriásica representa la manifestación extracutánea más frecuente.


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Su prevalencia varía en diferentes poblaciones; entre la población adulta europea se estima en un 1-3 %, afectando por igual a ambos sexos. En la mayoría de los estudios, y a diferencia de lo que ocurre en la edad adulta, tanto en la infancia como en la adolescencia es más frecuente en el sexo femenino, y parece iniciarse antes en las chicas. La distribución de la edad de inicio en ambos sexos es bimodal, con un grupo de inicio precoz y otro tardío, compatible con la hipótesis de que existen dos genotipos distintos para la psoriasis. La incidencia máxima se produce antes de los 20 años, representando el 35 % de todos los casos; en al menos un 10-15 %, se presenta antes de los 10 años, y en alrededor del 2 % en los primeros 3 años de vida, habiéndose descrito, aunque poco frecuente, la presentación congénita, especialmente en forma de eritrodermia.

De etiopatogenia desconocida, se trata de un proceso multifactorial en el que interaccionan factores hereditarios, inmunológicos y ambientales. La predisposición al desarrollo de psoriasis se transmite genéticamente, aunque se discute el mecanismo de transmisión. La herencia es probablemente de tipo poligénico. Existen antecedentes familiares en un 35-40 % de los pacientes.

Las hipótesis en vigor consideran a la psoriasis como un proceso mediado por mecanismos inmunológicos, y el infiltrado inflamatorio es probablemente el fenómeno primario.

Clínica

En todas las variantes las lesiones tienden a caracterizarse por su uniformidad y tendencia a presentar una distribución simétrica.

Psoriasis vulgar en placas

Presenta placas eritematodescamativas bien delimitadas, en codos, rodillas y cuero cabelludo, extendiéndose lentamente a grandes áreas de tronco, extremidades e incluso las uñas. Las escamas son habitualmente plateadas y se han comparado a la mica. Las localizaciones preferentes son los codos, las rodillas, la región retroauricular y el cuero cabelludo, pudiéndose extender a superficies de extensión de extremidades o el tronco. Como forma de inicio en los lactantes se afectan con frecuencia el área del pañal y las regiones intertrigosas.

El prurito, las excoriaciones y la impetiginización de las lesiones son infrecuentes en edad infantil o adolescencia. En cambio, la psoriasis en placas de pequeño tamaño, de aspecto eccematoide o psoriasis numular, sí representa una variante clínica relativamente frecuente en esta edad.

Psoriasis guttata o en gotas

Constituye una forma de presentación frecuente en la infancia y adolescencia. Se caracteriza por pápulas eritematodescamativas de 3 a 10 mm. de diámetro, redondeadas u ovales, asintomáticas o ligeramente pruriginosas, y que, por lo general, aparecen de forma súbita, con distribución generalizada irregularmente simétrica, de localización preferente en tronco y raíz de extremidades respetando la cara y el cuero cabelludo, lo que la distingue de las sifílides secundarias. En estadios iniciales plantea problemas de diagnóstico diferencial con toxicodermias, pitiriasis rosada y pitiriasis liquenoide.

El inicio del brote frecuentemente guarda relación temporal (unos 15 días aproximadamente) con un cuadro de faringoamigdalitis y con menor frecuencia otras infecciones estreptocócicas e incluso se ha descrito tras vacunaciones.

Las lesiones tienden a hacerse más descamativas y pueden adquirir un aspecto francamente psoriásico, pudiendo evolucionar de manera imperceptible a una forma en placas pequeñas con lesiones persistentes en localizaciones habituales.

Diagnóstico

Se fundamenta en los hallazgos clínicos.

La imagen histológica clásica sólo se encuentra en lesiones maduras.

Curso y pronóstico

El curso es por lo general, prolongado, crónico e impredecible. En la mayoría no es grave y se mantiene localizada, con tendencia a mejorar en verano en más de la mitad de los pacientes, aunque algunos presentan fotosensibilidad y por tanto, riesgo de exacerbación.

El mejor pronóstico es el de la psoriasis en gotas. El inicio precoz, la existencia de antecedentes familiares y las formas extensas son datos que se asocian a una evolución más tórpida.

La psoriasis es una dermatosis visible que puede determinar una afectación psicológica importante, como así indican los estudios de calidad de vida en estos pacientes. Los aspectos educativos y de apoyo a los pacientes pediátricos, y especialmente en la adolescencia, son una parte esencial del manejo de la enfermedad por parte del dermatólogo y el pediatra, y es importante el apoyo psicológico a través del médico o de grupos y asociaciones de pacientes.

Tratamiento

Se disponen de diversas modalidades terapéuticas, decidiendo su empleo de acuerdo con la morfología predominante de las lesiones, su localización y la extensión. El carácter crónico y recidivante del proceso y la carencia de un tratamiento etiológico pueden desalentar al paciente y a la familia, por lo que es importante transmitir una actitud positiva y animosa, explicando las bases fisiopatológicas del tratamiento de forma adecuada a sus posibilidades de comprensión, además de enseñar a evitar los factores desencadenantes.

Debe procurarse que el tratamiento sea lo más simple.

Distinguiremos dos formas de tratamiento: tópico y sistémico. El tópico, indicado en la mayoría de los casos, debe ser los bastante potente parar producir un efecto rápido, lo que acorta la duración total del tratamiento y consigue un refuerzo positivo que aumenta el cumplimiento. El tratamiento sistémico debe limitarse a las formas graves y rebeldes de psoriasis.

Tópico

El tipo de tratamiento depende del estadio de la enfermedad, la localización, la preferencia del paciente y las preparaciones galénicas disponibles. Por regla general siempre son preferibles las preparaciones más cosméticas, siendo las cremas mejor aceptadas que los ungüentos o los geles.

La frecuencia de empleo de los tratamientos es generalmente diaria, con una o dos aplicaciones.

Se emplearán emolientes para la hidratación, queratolíticos para eliminar la descamación, disminuir la hiperqueratosis, alisar la superficie cutánea y aumentar la penetración de otros preparados y limpiadores emolientes sin efecto detersivo o deslipidizante (“syndets”) o aceites para el baño. Pueden adicionarse al baño emolientes como avena o aceites o preparados de brea o alquitrán, por su olor y coloración persistente poco aceptados.