El vitíligo es una enfermedad de la piel debida a una falta de pigmentación que afecta al 1% de la población. La mitad de los pacientes lo desarrollan antes de los 20 años.
La melanina es el pigmento que determina el color de la piel, el pelo y los ojos, y está producida por los melanocitos. Si estas células desaparecen, entonces no se puede formar melanina con lo que la piel se vuelve blanca. El vitíligo es el resultado de la desaparición de los melanocitos de la piel.
Se sabe que el vitíligo es una enfermedad autoinmune (en la que tus propias defensas creen que el melanocito es extraño y lo destruyen).
No hay forma de predecir que casos van a ser más agresivos clínicamente. Cursa normalmente en brotes, que suelen estar desencadenados por el estrés. Normalmente las placas blanquecinas son más evidentes en verano por el contraste con la piel sana.
Las enfermedades crónicas de la piel merecen una atención especializada por tu dermatólogo
¿Cúal es el mejor tratamiento para el vitíligo?
Existen diferentes tipos de tratamiento según la edad, localización, tiempo de evolución del vitíligo, etc., todos encaminados a reducir la inflamación que elimina el melanocito y a estimular la producción de melanina en el melanocito que queda sano.
Para ello existen diferentes tratamientos domiciliarios que, en DermaTenerife, combinamos con nuestro Láser Eximal de UVB de banda estrecha, que acelera la repigmentación de una forma más rápida y eficaz.
¿Qué es la psoriasis?
La psoriasis es una enfermedad crónica de la piel muy frecuente y que se manifiesta de formas muy variadas, en brotes con periodos de mejoría y empeoramiento y que a veces puede durar toda la vida. La psoriasis no es contagiosa, en contra de lo que algunas personas puedan creer. Puede haber antecedentes familiares de psoriasis, sobre todo en aquellos pacientes en los que aparece precozmente. Se caracteriza por presentar en el cuerpo placas de rojeces cubiertas de escamas blanquecinas.
¿Cuál es el mejor tratamiento para la psoriasis?
El tratamiento debe ir enfocado a controlar el brote existente y prevenir brotes posteriores, puesto que ningún tratamiento es definitivo. La elección del tratamiento dependerá de las características y extensión de las lesiones y de las características personales del paciente. En algunos pacientes es suficiente con tratamientos de aplicación local, pero en otros puede ser necesario combinarlos con tratamientos orales.
